We did it

Pues sí, lo hicimos. Nos fuimos de fiesta y acabamos comiendo churros con chocolate a las siete y media de la mañana. Escribimos el discurso de graduación y lo leímos sin trabarnos ni una sola vez. Lloramos disimuladamente con el precioso vídeo que Luis hizo para nosotros, con fotos desde que éramos críos de infantil hasta las que nos hicieron mientras escribíamos los últimos exámenes de bachiller. Volvimos a ver a Julia, nuestra profe de primaria, más de seis años después. Nos emocionamos cuando nos dijeron que éramos la generación del 15-M, la generación del cambio. Nos hicimos fotos, muchas fotos. Recordamos todos juntos los buenos momentos. Acabamos tomándonos unas cañas con nuestro antiguo profesor de Lengua. Y nos graduamos, por supuesto.

La orla ya está colgada en la pared de mi cuarto. Las fotos de estos días ya rulan por el tuenti. Pase lo que pase, ya soy bachiller.

Laura.

Y otro más

Esta vez la alegría llegó del IES María Moliner, un cole público de Coslada que organiza también un concurso literario. Hay dos categorías, poesía y prosa, con un primer premio y un accesit en cada una. La tarde que envié los trabajos fue una locura absoluta. A veces las bases de los concursos pueden ser muy perras y pedir cosas bastante estúpidas. Por ejemplo, el de mi instituto de este año (organizado por nuestro queridísimo catedrático), pide una fuente en las obras que nadie conoce, prohibe más de un trabajo por persona cuando jamás había sido así... etc.

El del María Moliner no se ha querido quedar atrás y, además de pedir los trabajos por correo (lo más normal del mundo, también los pide en formato electrónico. ¿Cómo? Sí, formato electrónico. No vale correo electrónico, así que o te gastas un pastón en pen-drives o empiezas a recopilar CDs regrabables como si no hubiera mañana. Luego, imprimir todos los trabajos (una burrada de folios) y meter cada uno en un sobre distinto, con su correspondiente sobre pequeño de identificación, el CD con la copia en formato electrónico y la dirección del instituto. Yo envié cinco trabajos. Si a eso le sumamos que fue la tarde de locura en busca de un regalo de cumpleaños decente para Carol... menudo día más completo.

Pues ayer llamaron... y hay noticias. Primer premio en poesía y mención en cuento.

Esto empieza a ser demasiado... pero no quiero que se acabe nunca.

Laura.

Over

El viernes pasado acabamos las clases normales. La verdad es que aún no me lo acabo de creer demasiado. Ningún día más levantándome a las siete y media de la mañana, ni saliendo de casa a las ocho y cuarto para llegar a esa clase de segundo de bachiller. Esos días que, irremediablemente, empezaban con una clase de geografía o de matemáticas. De ver a todo el mundo con cara de sueño, de querer volver a casa a meterse entre las mantas... pero toca hacer funciones o comentar láminas. Y así iba pasando el día, con otras clases, exámenes, risas, deberes, comentarios de texto, o lo que se nos pusiera por delante.

Eso ya no va a volver. Mañana empiezo e, irónicamente, también "acabo" globales. Agradezco ahora haber trabajado durante el curso para no tener que recuperar nada esta semana, y solo tener que hacer los obligatorios. Lengua y dos de Inglés.

Pero el final, amigos, está cerca. Pronto habrá que ponerse a escribir el discurso de graduación y todo...

Laura.

Tensión

El momento incómodo en el que es la una de la mañana y tu estás acabando de pasar a limpio tus apuntes de historia, entonces llega alguien y te empieza a contar que ha estado todo el día de fiesta. Tú intentas acabar porque estás rendida y quieres irte a dormir, pero tampoco quieres quedar mal con la otra persona y no te desconectas. Tú sigues resumiendo el franquismo con toda tu buena voluntad y la persona empieza a quejarse de lo cansada que está, de lo mucho que le duelen los pies de tanto bailar.

Y tú solo quieres chillar, pero no puedes. Quieres chillar que ojalá pudieras irte tú de fiesta y quejarte por los pies, porque eso sería NADA comparado con las pocas horas que llevas durmiendo todos estos días, la presión que tienes encima... y lo que te queda aún por aguantar... pero no puedes, porque la otra persona no tiene la culpa de que tu vida actualmente sea una mierda pinchada en un palo y todo el mundo tiene derecho a pasárselo bien. Hasta tú lo tendrás dentro de, aproximadamente, un mes.

Hasta entonces solo queda aprovechar cada minuto de sueño disponible, apretar los puños y dar el último empujón. Y aguantar la tensión, sobre todo aguantar la tensión sin explotar. O sin romper a llorar, lo que es aún más complicado.

Laura.

Segundo premio en Vicálvaro.

Aún no me lo acabo de creer demasiado. Cada vez que pienso en la cara de poker que se me debió quedar cuando dijeron mi nombre... no quiero ni pensarlo. Encima las chicas gritando, todo el mundo aplaudiendo... No me acuerdo demasiado del momento, fue como un sueño. Aunque nadie me crea cuando se lo digo, yo prometo que ni en mis mejores sueños había esperado recoger hoy un premio.

Este fin de semana ha sido tremendamente especial. Un subidón de alegría, un empuje impresionante de cara al último mes de tortura y nuevas esperanzas. Me he decidido, y voy a enviar algunos de mis textos a una editorial. SM, para ser más concretos. Solo quiero opinión. Que me digan si valgo para esto. Sabiendo eso, me doy por satisfecha. Si me dicen que sí, maravilloso. Si me dicen que no... seguiré intentándolo.

Laura.

Todo empezó con una simple frase. "Amar es conceder a alguien el derecho a perseguirte". Isabel la cambió un poco. "Te concedo el derecho a persguirme". Y así comenzó todo. Un verso tras otro, algunos cambios sobre la marcha. ¿Rima? Casi ninguna. El verso libre me gusta. Solo en cuatro versos, que me salió sola la rima y me gustó como quedaba.  Y así, llegué a los cincuenta versos. La poesía más larga que jamás había escrito. Orgullosa de mí misma, la cerré ahí.

Llegó entonces la temporada de concursos. La saqué, y la presenté a los concursos del distrito de Vicálvaro, a uno de Roquetas de Mar (Almería) y al de los institutos.

Como dije en la entrada anterior, ya ha quedado finalista en el de Vicálvaro. Y ya era una gran victoria, siendo el primer año en la categoría de adultos... pero ahora resulta que también ha ganado un accesit en el de Roquetas de Mar. Ya estaba feliz por lo del accesit, puesto que es un concurso a nivel nacional, y también porque Cristina, que es una crack, se ha llevado el tercer premio. Pero entonces me he enterado de que todos los textos ganadores se publican en un libro.

Y he empezado a llorar y no podía parar. Sola en mi casa, con los apuntes de Nietzsche al lado. Sé que probablemente esto sea una tontería, y mirándolo fríamente un par de horas me siento bastante tonta por haber llorado, pero es que esto es como el principio de todo. Mi sueño más grande es publicar un libro, y ya sé lo que se siente cuando sabes que algo tuyo va a salir en un libro. Así que esto es como el principio de una bonita historia, espero.

Mañana, la entrega de premios de Vicálvaro.

Laura.

~

La semana empezó mal. Un bonito cuatro en economía, que se convierte en la primera vez que bajo del 7 enesta asignatura. Mejoró un poco con el 8.5 de Literatura (que toda la Semana Santa estudiando mereció la pena, vaya) y con lo bien que me ha salido el de Geografía de hoy y lo bien que espero que me salga el de mañana.

Y, además, soy finalista en el concurso del distrito de Vicálvaro. Hasta aquí hemos llegado, estoy segura, pero para mí esto es como una victoria. Primer año en la categoría de adultos, ya demasiado es que pueda subir el domingo al escenario a aplaudir a los grandísimos escritores que ganen. Gente de mi distrito, años mayor que yo, con muchísima más experiencia en la vida, a los que aspiro a parecerme algún día de estos.

Pero no todo podía ser perfecto, y es que el curso está pasando factura a mi salud. Y después de ir hoy al médico y decirme que lo más probable es que todo mi problema sea el estrés, me han mandado más pruebas para descartar cosas. Y las pruebas, de preferencia urgente, para el 15 de junio. Bien, sanidad pública, bien. Ya me puedo estar muriendo que hasta dentro de mes y medio no hay nada. Y, digo yo, ¿si la preferencia fuera normal y no urgente? Ya sería universitaria para cuando consiguiera hacerme las pruebas. Una maravilla todo.

Laura.

Let's get started!

Contacté con Julia. El viernes estuvimos hablando veinte minutos. Duré poco contándole lo de la graduación, la mayor parte del rato fue preguntas de qué tal nos va todo, si la mayoría de los que íbamos a su clase hemos seguido juntos y que nos depara el futuro. Y vendrá a la graduación, si puede. Ojalá que pueda.

Y por otro lado... mañana empezamos con las tres semanas de locura. Para empezar, economía. ¡Deseadme suerte!

Laura.