When you try your best but you don't succeed (II)

Definitivamente, no he podido ponerme a saltar de la alegría en mitad de la clase como prometí si mi nota en mates subía de un 4. ¿Por qué? Porque ha sido un tres. La verdad es que expondría otra vez las razones que me llevan a odiar de nuevo esta asignatura con toda mi alma después de cogerle cariño el año pasado con Pilar, pero en realidad todas se resumen a una: el profesor.

Llámalo Paco, llámalo ex-liberado sindical que lleva ocho años sin dar clase, llámalo tío que se cree superior a nosotros. En cualquier caso, es el tío que me va a costar las primeras Navidades en tres años sin estudiar nada.

El día lo ha animado la conferencia en la que he estado por la tarde, entera en inglés y sin ningún tipo de traductor. El tema, cultura y comida, no era muy apasionante, pero la oradora (nativa americana) ha estado genial. Creo que lo mejor ha sido comprobar que lo entendía todo. Me da esperanzas en cuanto a equilibrar la media de la asignatura desastre del curso con un par de dieces en los idiomas.

Pensaba ponerme a jugar a los Sims para evadirme un rato, pero me va a salir más rentable dormir.

Laura.