10 de noviembre de 2010

Sweet disposition

Semana de absoluta desaparición del mundo, pero es que los exámenes de filosofía y matemáticas lo merecían.

Matemáticas el viernes. En fin, ya sabíamos lo que nos íbamos a encontrar si le poníamos a caldo frente a la tutora y compañía dos días antes del examen. Dos malditas preguntas, una de cuatro puntos y otra de seis. La de seis medianamente decente, la de cuatro inventada totalmente. Creo que si paso del cuatro lo voy a celebrar. Que rabia me da la vida y esos profesores que pasan por el mundo con ganas de joder al personal y sin vocación.

Y hoy tocaba el de Filo, con Platón y Aristóteles como temario. Entró todo Platón, con su correspondiente contexto, todas las líneas de su pensamiento y un comentario que iba (creo) sobre la teoría de la reminiscencia. Con un pcoo de suerte, alcanzaré un bonito ocho que ayude a subir la media y la moral.

En general, la vida va bien. Parece que ya me estoy dando cuenta de lo que supone estar haciendo segundo, las ganas que te dan de llorar un muchos momentos del día y lo gilipollas que me pareceré a mí misma cuando relea esto dentro de muchos meses. Pero de momento es lo que hay.

Quiero ver a tantísima gente... pero no hay tiempo. A ver si consigo pillar un rato al día para, al menos, escribir.

Laura.

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