20 de febrero de 2011

Every second counts

3.37 de la mañana. Y aún estoy estudiando literatura. De hecho, este es uno de los descansos. Es lo que tiene salir viernes tarde y que te convenzan para ir a comer el sábado por la mañana y a una despedida por la noche. Diría que me arrepiento de no haber estudiado más, pero no sería cierto, porque (especialmente el viernes) han sido de esos días que quedan en la memoria, de los que te acuerdas cuando ya no puedes más.

Ahora, mientras cabeceo sobre el teclado intentando memorizar los autores del 27, me acuerdo de la cara de Sara al entrar en la cocina de mi casa, de Hey There Delilah en el Singstar, del brownie y de la tarta, de Crucis y Almu que han acabado la carrera (enhorabuena desde aquí también!), de la tarjeta gigante, del papel reciclado y de Pablo que se nos va el lunes. Aún se hace raro pensar en esto último. Mañana (hoy, en realidad), va a ser un día rarísimo.

Claro que tendré que hacer otra entrada, porque la mencionada arriba junto con la cocina se merece muchísimo más que esta cutrez en la que me quejo de la literatura.

Laura.

1 comentarios:

Marta. Repostería Tximeleta dijo...

Me parece que estamos todos igual, estudiando todas las horas posibles, aunque no quita que salgamos xD

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