The end is beginning

Para quienes todavía no lo sepan por un comentario de tuenti emocionado, una llamada de teléfono o una conversación en persona... sí, si no me putean corrigiendo aprobaré matemáticas con todas las de la ley. Y puede que hasta con una nota decente que me permita pasar del cinco en la evaluación.

Gran fin de semana, viernes de descanso y un poco de estudio, sábado de karaoke (anda que no hacía meses que no pasábamos por el Katakana...) y cumpleaños nocturno, y domingo de estudio y cena con el grupillo. De hecho acabo de llegar, y me duele todo el cuerpo de tanto reír. Es inevitable pasárselo bien con esta gente. Y, por cierto, las vacas beben agua, la sopa se come con cuchara, la bandera de España tiene tres colores y las claras de los huevos son blancas. Por si no quedaba claro.

Ahora queda la última noche de estudio del año. Parece increíble que ya haya pasado todo un trimestre de segundo de bachillerato, pero no voy a hablar de eso ahora.  El tema oh-dios-que-rapido-pasa-el-tiempo-dentro-de-nada-selectividad lo dejamos para otro día. De lo que iba a hablar ahora es de la manía que les estoy pillando a Santo Tomás y San Agustín, Tommy y Agus para los amigos. Pero cuando acabe con ellos... oh, seré feliz.

Para redondear esa sensación de relax que tendré mañana a las 2.15 de la tarde, dispondré del último programa de Pekín Express, una final que promete muchísimo más que la del año pasado y en la que tengo un claro favorito, tendré dos temporadas y media de Supernatural por ver, Gossip Girl, TBBT, libros a puñados, vídeos que hacer... en fin.

De momento, a corto plazo, el miércoles nos vamos a ver una exposición de un fotógrafo de la guerra y la posguerra. No sé como lo voy a hacer para disimular el entusiasmo por tener por primera vez en meses información directa para recabar. Supongo que la sonrisa solo la entenderán los que saben de mi pequeño proyecto. Que en la clase creo que son... tres. Ellas sonreirán conmigo.

Laura.