La noche de los artistas desconocidos

Anoche, día 27, nos fuimos a Lavapiés para asistir a la Noche de los artistas desconocidos. La verdad es que iba un poco aterrada. Recordaba bastante bien las otras veces que me había puesto delante de un micrófono a leer algo, y me daba miedo repetir las escenitas de temblor de piernas y lío de palabras.

Pero ayer no fue así. Desde el primer momento en la salita (más cuca que ná, que sitio tan adorable), cuando conocí a Marcos para que me informara de los turnos. Salí a escena la cuarta, con lo que me dio tiempo a improvisarme una cutre-presentación que ni por asomo se me había ocurrido preparar antes. De los nervios que llevaba casi me caigo por las escaleras, pero una vez abajo todo fue distinto.

Ahora entiendo perfectamente por qué en los teatros la parte del público queda más oscura que nada. No se ve. No se ve nada en absoluto. Las piernas de las primeras filas y ya. Es como hablar a un muro negro que te escucha y después te aplaude. Leí Coronel y Tu pelo, ambos textos de este año de temática bastante triste pero que parecen gustar a la gente. Y vaya si gustaron.

Una noche preciosa, rematada con los cuentos de Eduardo y con la compañía de dos buenos amigos. Gracias, pack de dos.

Laura.